No hay dudas de que el Partido Republicano (PRO) y la alianza CAMBIEMOS han roto todos los pronósticos y esquemas. Ahora, ¿cómo es el discurso de CAMBIEMOS? ¿De qué manera, a través de su discurso han introducido una nueva forma de hacer –propaganda- política?
Como sabemos, el año 2015 marcó un quiebre en la escena política Argentina y Latinoamericana. Desde 1998 se habían gestado, en la región, los denominados populismos del siglo XXI, también conocidos como los socialismos del siglo XXI o, siguiendo a José Natanson (2008), la nueva izquierda latinoamericana.
Durante casi 17 años, la población de América del sur tuvo gobiernos que dejaron atrás, aparentemente, la lógica neoliberal de los años ´90. Como dijo Rafael Correa en su momento, “esto no es una época de cambios, más bien es un cambio de época”.
¿Cómo es, entonces, que después de tantos años de políticas en materia de derechos populares, todos estos gobiernos hayan sufrido embestidas electorales? Sin olvidar el nuevo modus operandi que las derechas empezaron a implementar, como plan “b”, en caso de no ganar las elecciones, utilizando todo el arsenal jurídico y mediático, como fue el caso contra Dilma Rousseff; ninguna nueva fórmula si tenemos en cuenta lo acontecido con el ex presidente de Paraguay Fernando Lugo, en 2009.
Cambiemos es una alianza formada en 2015 por Coalición Cívica, Propuesta Republicana (PRO), la Unión Cívica Radical, entre otros partidos. Como bien señala Vommaro (2017) es importante observar los orígenes de Propuesta Republicana, que comenzará con una lógica de funcionamiento “ONG”, y que luego penetrará en el campo político hasta llegar a tener su candidato a la presidencia, Mauricio Macri. Vommaro ha llegado a identificar cinco facciones al interior del PRO: la derecha tradicional, la peronista, la radical, la de los empresarios y la de los profesionales del universo de las ONG.
Por otro lado, y para entender los motivos del triunfo macrista, Natanson (2018) explica algunos avatares kirchneristas dentro de su gobierno, los que le permitieron al PRO sacar ventaja para las posteriores elecciones. Es decir, la reconfiguración del mapa político en 2015 tiene muchas aristas. Triunfos y estrategias acertadas del PRO, errores del kirchnerismo y un contexto mundial que ofreció las condiciones para que las nuevas derechas tomen el mando: el FMI, los aparatos jurídicos a favor de los poderes concentrados, los medios de comunicación al servicio del mejor postor, etc.
No nos detendremos aquí en un análisis minucioso de los motivos por los cuales CAMBIEMOS llega al poder, sino más bien, reflexionar y analizar qué tipo de discurso circula y qué sistema regulador opera para que ciertas cosas puedan ser dichas en ese contexto (Angenot, 2010). Asimismo, podremos pensar que hay un contexto histórico, político, cultural y económico que pre-determinó los acontecimientos que posibilitaron la ruptura en 2015.
¡Y un día llegaron al poder!
El subtítulo permite hacer una parodia con el libro de Ana Montero (2012) respecto a la discursividad kirchnerista. Ahora, lejos de aquel tiempo, el panorama ha cambiado y es importante intentar comprender de qué manera se construye el discurso de este gobierno. La primera pregunta que nos hacemos es ¿cómo es el discurso de Cambiemos? ¿Qué cosas se tematizan? ¿Qué regularidades se pueden rastrean? ¿Qué preconstruidos operan en el campo discursivo que legitima las tópicas de Cambiemos?
Tomamos dos instancias de comunicación política:
1) Los spots de campañas electorales en 2015 y 2017.
2) Conferencias de prensa de funcionarios del gobierno.
Si bien corresponden a instancias de enunciación diversas, podemos encontrar algunas regularidades que nos permitan observar, más de cerca, qué ethos, preconstruidos, destinatarios y polifonías están operando en ese discurso.
El ethos (Dagatti, 2015) refiere a la imagen de sí que proyecta el locutor (puede ser Macri, Peña, etc.) en su discurso. Los preconstruidos (Pecheux, 2016) refieren a enunciados, palabras o sintagmas independientes y externos que aparecen en el discurso y que remiten a otros. Los tipos de destinatarios (Verón 1987) son a quiénes se dirige el discurso. La polifonía discursiva es algo que está presente en todo discurso político: esos discursos que dialogan con otros anteriores y simultáneos (Bajtín, 2005).
Algunos aspectos del discurso de Cambiemos…
En los spots de campaña de 2015 podemos encontrar regularidades, temáticas y visiones de mundo que se vienen sosteniendo desde la primera candidatura de Macri para jefe de gobierno: la idea meritocrática del “se puede” explícito, que dialoga permanentemente con un “si se quiere” y “depende de vos”. El “seguir caminando juntos” y el “todos juntos podemos” abarca un nosotros inclusivo performativo que invita al accionar junto con otros, a “mejorar como colectivo”. Eso es algo que se ha mantenido a lo largo de las comunicaciones políticas y spots publicitarios de Cambiemos.
“Ir al barrio” ha sido una constante. Dialogar con mujeres, específicamente amas de casa; compartir el mate, abrazar a los más chicos y recorrer las calles, es algo que Mauricio Macri y Eugenia Vidal han hecho de manera sistemática. Parecen mostrarse como personas que, si bien no viven esa realidad, comprenden perfectamente por lo que “el otro” está pasando y quieren ayudarlos.
Todas estas personas laburantes, jefas y jefes de familia, obreros, comerciantes, etc. son sus prodestinatarios, aquellos con los que se identifican. Personas de clase baja y media, que siempre representan esa clase aspiracional que tiene las necesidades básicas cubiertas. Casi no se ve –salvo excepciones- en los spots, a Macri ni a ninguno de sus funcionarios yendo a los barrios más pobres, a villas miserias, ni a dispensarios, sino más bien se proyecta esa imagen de “clase media baja/media que aspira a algo más”, que no se encuentran en situación de calle.
Ellos van a panaderías, a talleres de ropa, etc., es decir a los “pequeños emprendedores” que se quieren superar día a día. Esta proyección se legitima en los enunciados que circulan a través de Vidal y Macri: “un día nos levantamos y sentimos que todo había cambiado”, “cómo no sentir que podemos”; “cómo no ser optimistas, si cada vez somos más los que no nos resignamos, los que sabemos que podemos vivir mejor”.
Es importante remarcar que Cambiemos acepta, como dice Macri en su spot de 2015, “la vereda de enfrente”. Ese prodestinatario que muestra un nosotros inclusivo también se dirige al paradestinatario, a ese indeciso, al que aun no sabe qué hacer: “Si el 25 votaste a Scioli, quiero decirte algo importante: si llego a ser presidente vas a ser parte del cambio, vas a estar incluido”.
Como ya vimos, entonces, Cambiemos se construye, en su discurso, a partir de ese ethos meritocrático del “si se puede”. Por otra parte, el contra destinatario aparece claramente en los spot de campaña de 2015, cuando se enuncia, de manera sistemática: Michetti, postula “vamos a trabajar para que nadie te persiga por pensar distinto”, “vamos a terminar con la cultura de la violencia para vivir en una sociedad en paz”, “vamos a trabajar para que no te cueste tanto conseguir empleo”. En esos spots breves, Cambiemos se dirige a su contradestinatario, al kirchnerismo.
Una recurrencia en la construcción, tanto del adversario como del prodestinatario, es que las encargadas de enunciar el mensaje concreto y “duro” que refleja la posición de la alianza, como ya vimos en los ejemplos citados, son las mujeres: Eugenia Vidal y Gabriela Michetti; Mauricio Macri, que aparece también en los videos, solo refuerza la idea diciendo “no te vamos a dejar solo”, “somos mejor juntos que separados”.
La idea del esfuerzo para vivir mejor, ergo tener una casa, un auto, poder “progresar”, presentan un discurso que está dialogando con algunas temáticas de las década de los ´90 donde el salir del país, o tener una casa propia, dependían, solo y aparentemente, del esfuerzo individual de cada uno.
También tiene relación con el discurso de 2001 luego del “que se vayan todos”: todos juntos, unidos, podemos salir de esa crisis. Es decir, a diferencia del periodo kirchnerista, el mensaje de “salvémonos todos juntos” está presente, con más o menos matices, en estas etapas. La idea de un gobierno que tiene la obligación de velar por los que más sufren está invisibilizada, mientras que el “vamos juntos” se construye desde “personas particulares que quieren lo mejor para todos”.
Luego de observar algunas recurrencias en la discursividad política de Cambiemos, podemos decir, en sintonía con Martínez (2016), que esta formación discursiva –donde se configura el discurso de Cambiemos- se establece por un “dispositivo de enunciación” que se estructura a partir de una negativa de lo que se consideran “las formas clásicas de hacer política”. Hay un rechazo a los gobiernos que estuvieron los últimos “30 años” o, si queremos llevar el mensaje más hacia atrás en el tiempo, a los últimos “70”, es decir: al peronismo y sus derivaciones.
Los personalismos
Las comunicaciones políticas y conferencias de prensa no solo están a cargo de Macri y su asesor por excelencia –quien está a su lado desde los comienzos con las ONG-, Marcos Peña, sino que también aparecen otros interlocutores como ministros que “dan la cara y se hacen cargo”: nos referimos a Bullrich, Dujovne, Frigerio, Carrió, entre otros.
Esto también nos lleva a pensar que la mediatización de funcionarios que salen a hablar, hace que el peso no recaiga solo en una o dos figuras políticas centrales, como sí fue en la época del kirchnerismo donde Cristina, a través de las cadenas nacionales, absorbía toda la responsabilidad. Es decir, hoy conocemos los distintos ministros de Cambiemos, están visibilizados y “se hacen cargo”.
Un ejemplo claro se dio con la ley del aborto. Hace días se sacaron fotos los funcionarios de Cambiemos a favor y en contra de esta ley, representando la “multiplicidad de voces” y diluyendo, si se quiere, la postura que se mantiene desde las grandes arcas de la presidencia: el deseo de que esa ley no se apruebe.
Independientemente de lo que pase en las elecciones presidenciales de 2019, no hay dudas de que Cambiemos presenta un discurso donde se configuran e interpelan (Pecheux) nuevos sujetos neoliberales particulares. Éstos responden a formaciones discursivas determinadas que, a su vez, están inmersas en formaciones ideológicas. Los sujetos mencionados son análogos a los que se configuraron en las décadas anteriores, esta nueva forma de hacer política y marketing publicitario le ha permitido a Mauricio Macri y a sus funcionarios penetrar en el espacio político para quedarse.
Periodista, docente e investigador en Cs. sociales. Tratando de decir «algo» en esta Córdoba melodramática.